Ver de primera mano cómo la naturaleza se convierte en la protagonista de la vida cotidiana de las personas que dependen directamente de lo que la tierra y el mar les proporcionan fue una experiencia reveladora. La huella que dejamos como humanidad es profunda y muchas veces imperceptible. El extractivismo de los recursos naturales en Baja California es un problema que no se discute lo suficiente, y este viaje me mostró la magnitud de este impacto de manera clara y contundente.

A lo largo de esta travesía, los personajes que nos acompañaron y nos guiaron a través de las diferentes paradas nos revelaron una verdad inmutable: la pasión y el amor que estos dos hombres sienten por el mar y el territorio son palpables y contagiosos. Su dedicación y conexión con el entorno natural fueron el motor que me dio la energía y la motivación necesarias para soportar y disfrutar de un viaje que, aunque físicamente duró 15 días, emocionalmente y creativamente se extendió por 5 años.

Espero que las personas que ahora nos acompañarán en este viaje cinematográfico puedan experimentar un poco de lo que yo viví durante esos intensos días en la Baja California profunda. Que puedan sentir la conexión con la naturaleza, la pasión de los personajes y la urgencia de reflexionar sobre la huella que dejamos en nuestro entorno. Que esta película sea una ventana hacia una realidad que muchas veces ignoramos, y que inspire a valorar y proteger los espacios naturales que nos rodean.